miércoles, 23 de febrero de 2011

SANTA JUANA DE LESTONNAC


Burdeos 1556. En una sociedad convulsionada por la guerra, se abre a la vida Juana de Lestonnac, fundadora de la Compañía de María. Sus padres, Ricardo de Lestonnac y Juana Eyquen de Montaigne.
La madre de Juana sigue con exaltación las doctrinas calvinistas; su padre, católico sincero se responsabiliza de la formación cristiana de su hija. Desde el comienzo la Virgen María aparece en el horizonte de la pequeña, que le ayuda a escuchar la voz de Dios: "Ten cuidado hija mía, de no dejar apagar nunca el fuego que he encendido en tu corazón, que te llevará a servirme".

  Miguel Eyquen de Montaigne, autor de los célebres ENSAYOS, es tío de Juana. El filósofo admira la clara inteligencia de su sobrina y su grandeza de alma. Le instruye y enriquece con sus conocimientos intelectuales y trata siempre de apoyarla en su FE. La existencia de Juana de Lestonnac es una decidida y clara confesión de fe.


Muy joven aún, Juana contrae matrimonio con Gastón de Montferrand Landirás, el 22 de septiembre de 1573. En su nuevo hogar, es la mujer hábil en la organización doméstica, serena en las dificultades, paciente en los acontecimientos dolorosos, generosa y comprensiva en las relaciones con todos.


 
Gastón y Juana vivirán años de felicidad muy fecundos. Tienen 8 hijos. Solo 5 llegan a la edad adulta: 2 niños y 3 niñas. En la educación de sus hijos, une la dulzura con la severidad, la suavidad con la eficacia. Por estar llena de FE, su mirada nunca pierde su capacidad de admiración y contagia en sus hijos el valor de lo sencillo, de lo cotidiano, que les permite admirar en todo la SABIDURÍA DE DIOS.
  
 
El matrimonio Montferrand-Lestonnac hace de su hogar "espacio de acogida" para todos, en especial para los ancianos, los indigentes... Juana visita las cárceles... lleva consuelo a las familias necesitadas... Los hijos comparten con su madre la entrega y el servicio.

  
 
24 años de existencia compartida se truncan dolorosamente; la pérdida trágica de su hijo mayor, después la muerte de Gastón, acaecida en 1598. Juana asume con fortaleza y serenidad su viudez. Con lucidez y valentía acepta el designio de Dios sobre su vida, teniendo ante sus ojos a Jesucristo cargado con la Cruz. Los necesitados ocupan una gran parte de su corazón y de su tiempo.



 
La "llama" que Dios encendió en su corazón urge a Juana, una vez situados sus hijos, a consagrarse por entero al servicio de Dios. La despedida de sus hijos es muy dolorosa... El 11 de junio de 1603 comienza su noviciado en las Fuldenses de Tolosa (Francia).

    
 
Seis meses de intenso aprendizaje ascético, quiebran la salud de Juana de Lestonnac y se ve obligada a dejar el convento. Son otros los planes de Dios sobre ella. Regresa a Burdeos y allí en la soledad de la Mothe, recibe la inspiración, como San Ignacio de Loyola recibió la suya en la gruta de Manresa, de fundar una nueva ORDEN religiosa... ¡Qué debo hacer por Cristo! Y se prepara a la fundación con una total donación de sí misma a los demás, en una vida de profunda ORACIÓN.


 
Juana de Lestonnac impulsada por un ardiente celo apostólico, por un deseo radical de seguir a Jesucristo, su gran amor a la Iglesia y con una gran sensibilidad a las necesidades de su tiempo, funda la ORDEN DE LA COMPAÑÍA DE MARÍA NUESTRA SEÑORA, para la educación cristiana de la JUVENTUD. Colabora en su dirección espiritual el Padre Juan de Bordes, jesuita. Y en 1606 Juana con cinco compañeras inagura la casa del ESPÍRITU SANTO: COMUNIDAD DE FE, DE VIDA y DE MISIÓN.
El día 7 de abril de 1607, el Papa Paulo V aprueba el Instituto con el Breve "Salvatoris et Domini". El 1 de mayo de 1608 fue la primera toma de hábito. Juana de Lestonnac y sus compañeras se consagran al Señor, para seguir en una entrega total y comprometida que supera sentimientos e intereses propios y ordena la vida según el EVANGELIO DE JESÚS
 
21 de noviembre de 1610. Presentación de la Virgen en el Templo. Fecha histórica en la Compañía de María. Juana de Lestonnac y sus hermanas celebran por primera vez la procesión y la oferta de las colegialas. Juana enseña el modo de unir las propias ofrendas a las de la Niña-María para que Ella las presente a su Hijo.




Juana de Lestonnac formada en la espiritualidad de los EJERCICIOS IGNACIANOS, impulsada por un ardiente celo por extender el REINO, desea conquistar toda la tierra para el SEÑOR. Sensible a las necesidades de la JUVENTUD, capta lo que significa la FE en la vida de las personas y se compromete a colaborar a través de la EDUCACIÓN, en la promoción de la mujer y con ella en la transformación de la sociedad.
Juana de Lestonnac enseña las primeras letras... y siembra a la vez amor por la BONDAD, la BELLEZA, el ARTE, el SERVICIO, la ENTREGA INCONDICIONAL, para a través de todo lo humano llegar a la PALABRA... Fue verdadera MAESTRA DE ORACIÓN. Repetía con frecuencia: "Tomad Señor y recibid... toda mi libertad... mi memoria... mi entendimiento... toda mi voluntad... todo mi haber y poseer..."
Para Juana de Lestonnac, MARÍA es inspiración y guía de las generaciones de "entonces", de "hoy" y de "siempre". MARÍA invita continuamente a la INTERIORIDAD y al COMPROMISO.

¡Abrir a los más débiles una puerta de ESPERANZA! Sembrar en la juventud el trigo del SABER, del AMOR, de la ALEGRÍA... Infatigable mensajera de la BUENA NOTICIA de Jesús, acogiendo a todas las razas, todas las lenguas, todos los pueblos... La vida de Juana de Lestonnac se apaga suavemente el 2 de febrero de 1640. Tiene 84 años. Es Beatificada el 23 de septiembre de 1900. Su canonización se celebra el 15 de mayo de 1949 durante el Pontificado de Pio XII.